Siempre has escuchado que una camisa blanca es un básico en el armario de todo hombre, y aunque tú has cumplido con este proverbio en repetidas ocasiones, no consigues que ese dichoso trozo de tela te siente tal y como se dibujaba en tu mente. ¿Por qué al condenado James Bond le caen como cosidas sobre el cuerpo y tú pareces un despojo humano?
La operación resulta sencilla e inofensiva a priori: hay que ir a una tienda, plantarse delante del muestrario de camisas, coger una blanca (de tu talla, este dato es importante) y dirigirte a pagar a la caja. Ahora bien, si inspeccionas a fondo las etiquetas descubrirás que debajo de la propia de la marca (esa que normalmente provoca picores a rabiar) se cose un pequeño pedazo de tela que, para tu sorpresa, es diferente en todas tus camisas: regular fit, tailored fit, custom fit, slim fit o superslim fit reprentarán el invierno de nuestro desconcierto. Y es aquí donde se encuentra la respuesta a por qué las camisas no te sientan como tú pensabas que te iban a quedar (y por qué en los establecimientos hay tantas camisas blancas, porque no son todas iguales).
Como ya aprendimos en su momento, existen infinidad de posibilidades para, gracias a la ropa, ocultar todos aquellos pequeños defectos que nos atormentan cada día, y por supuesto, aquí no entra en juego la camisa, sino su corte, que es lo que precisamente se rotula en esas etiquetas de las que hablamos. El problema entonces reside en diferenciar entre todas estas definiciones, porque aunque a ti te parezcan todas iguales, no todas las camisas lo son debido a su desigual corte.
Esto es lo que puedes esperar de cada una de ellas al ponértelas:
1. REGULAR FIT
Se trata generalmente de lo que conocemos como corte recto (de ahí que también podamos encontrarlo como Straight Fit). Son quizá las más cómodas, la sisa es amplia y el ancho de la manga estándar (cubre el brazo sin ceñirlo), al igual que el del pecho. La tela cae recta de la sisa hasta el final de la camisa.
*Nota: esta comodidad no tiene por qué implicar un aspecto casual o despreocupado. Una camisa blanca de corte regular fit puede ser igual de elegante que una slim fit
Qué esperar de ella: es la típica camisa de no fallar. La que sirve para cualquier tipo de cuerpo. Si te queda bien de hombros, el resto de tu cuerpo entrará en ella. Eso sí, no esperes que realce demasiado, simplemente servirá para cubrir el cuerpo de forma sencilla.
2. TAILORED FIT
Hablando en plata, es un regular fit estrechado ligeramente. Imagina que compras una camisa de corte recto y la llevas a arreglar para que se adapte ligeramente a tu torso, pero sin marcarlo, entonces obtienes un tailored fit. Como su propio nombre indica, imita el corte de una camisa hecha a medida, por un sastre (tailor), bien encajada pero sin apretar.
Qué puedes esperar de ella: La sisa y la manga mantienen el ancho del regular fit, por lo que conserva la comodidad y la libertad de movimiento, pero se estrecha en el tronco para realzar la silueta masculina. Perfecta para, o bien aquellos lorzalameros que se han dejado llevar por el influjo descontrolado de las cañas y las tapas, o bien, para aquellos que han desarrollado en el gimnasio los hombros y el pecho pero no tanto la cadera. Marca bien la línea de los hombros y resalta ligeramente la silueta sin subrayarla, por lo que consigue disimular la barriguita o aportar el volumen justo en la zona de la cadera para desdibujar la descompensación respecto a la parte superior.
3. CUSTOM FIT
Aquí, la cosa se sigue estrechando. Mantiene el largo de la camisa, pero todo se reduce: sisa, ancho de manga, contorno de pecho y tronco con el fin de resaltar la figura masculina.
Qué esperar de ella: La gente delgada y alta se sentirá cómoda dentro de este corte. Consigue un efecto visual que enfatiza los hombros con respecto a la cintura, dando un aspecto más corpulento. Y lo más importante, aunque su bajo es más recogido que el de un tailored o un regular, no les quedarán cortas ni de mangas ni de largo.
4. SLIM FIT
Vamos un paso más allá. Con el slim fit, el pecho se estrecha y el tronco se acorta. Además, la sisa y el ancho de mangas seguirán siendo ceñidos. La principal diferencia con la anterior es la siguiente: si te pones una camisa custom fit, la coges justo por debajo del pecho y tiras de ella hacia arriba (sitúas la parte del abdomen en el pecho), obtienes un slim fit.
Qué esperar de ella: Gracias a su corte, te hace parecer mucho más fornido, además de pegarse mucho más al cuerpo (por tanto, son más recomendadas para gente con un abdomen más bien plano, puesto que, si no, estaremos subrayando la barriga en lugar de disimularla –ver punto 2–) . Aviso a los altos: pruébate la camisa antes de comprarla, puede que llegado el momento de estrenarla y debido a que es más corta, parezca que ha encogido en la lavadora.
5. SUPERSLIM FIT
Lo anterior pero llevado al extremo.
Qué esperar de ella: La gente menuda encontrará en este corte a su mayor aliado. Encaja en los hombros y recorre el cuerpo pegado a él como si se tratase de una segunda piel. Visualmente, los hombros se multiplican por 10 y las caderas se estrechan, pareciendo que lleves meses yendo al gimnasio.